“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora…”1

 

            Estamos a unos días de terminar el mes de octubre. Las hojas de los árboles han empezado a cambiar de color y el toque escalofriante de la brisa del frío nos empieza avisar que el invierno se acerca. Hemos entrado al otoño. Estamos en transición a otra temporada del año. El aroma de las bebidas calientes con especia de calabaza también lo confirma! Para muchos pareciera que ayer disfrutamos del sol, la playa, los churrascos con la familia y que hoy empezamos a prepararnos para la nieve. Así es la vida. Así es el año. Eso nos dice Eclesiastés capítulo 3. En esta vida que El Señor nos permite tener en la tierra cruzaremos por tiempos y temporadas, pues todo tiene su tiempo. ¡Ojo a esto – lo mismo aplica a lo espiritual! Si la vida es una composición de temporadas y tiempos, sería lógico que para disfrutar al máximo de ella, tendríamos que entender mejor a estas. Para eso, hay unos puntos importantes que debemos tener presentes y aplicarlos.

Perciba la Temporada

            Todos sabemos identificar la temporada en que ciertas fechas caen porque hay ciertos marcadores que nos ayudan a identificarlo. Así también debemos saber identificar la temporada en que cruzamos espiritualmente. El no poder percibir correctamente la temporada que estamos cruzando, llevará a mucho dolor, enojo, y frustración de nuestra parte. ¿Porqué? Porque quién de nosotros va y le demanda una manzana a un árbol de manzana en pleno inverno? Es ilógico pedir cosecha/fruto en temporada incorrecta. Posiblemente estamos frustrados, o incluso, enojados con Dios por una petición aun no contestada. Así como es ilógico declarar que un árbol no es bueno porque no produce fruto en invierno, así también es ilógico reclamarle a Dios por una petición aún pendiente fuera de temporada. Por eso debemos saber percibir la temporada en que estamos.

            Eclesiastés 3 nos dice que hay tiempo de reír, llorar, gozar, lamentar, etc. Para todo eso hay un tiempo y temporada. Es importante saber percibir la temporada para saber qué semilla usar durante ese tiempo. ¿Porqué? Porque cada temporada tiene su semilla específica. Hay semillas que solo dan fruto en verano. Otras semillas solo dan fruto en otras épocas! Esto nos enseña algo muy importante! Cada época de nuestra vida tiene cierto comportamientos a seguir. Pablo dijo “cuando era niño hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé le que era de niño” (1 Cor. 13:11). Es posible que no hemos cosechado el fruto deseado por el simple hecho de que estamos en una temporada de nuestra vida espiritual pero usamos comportamientos, ideas, o acciones adecuadas para una temporada pasada. Es necesario percibir la temporada en que estamos y saber usar las semillas correctas para cosechar el fruto deseado!

            Lo último que es importante saber sobre las temporadas es que cada temporada tiene su tensión. Todos disfrutamos las flores que florecen en la primavera, las vacaciones en el verano, el color de las hojas cambiando en el otoño, y el disfrutar de navidad y año nuevo en familia durante el invierno. Pero así como cada temporada tiene su punto bueno, también cada temporada trae su tensión. Aquello que quita la hermosura de la temporada. Así como son de lindas las flores en primavera, también el polen que sueltan perjudica a muchos. Así como el verano en la playas es bonito, también hay muchos a quienes el sol irrita su piel y el calor los sofoca. Así como el otoño e invierno son disfrutados por muchos, traen con si mismos, enfermedades y el frío escalofriante junto a la nieve y hielo. A qué nos trae esto? A el hecho de que todas las temporadas traen cosas buenas y cosas malas. En nuestra vida debemos recibir cada temporada como un regalo de Dios, eso es recibir lo bueno junto con lo malo. Muchos dirán que en tu tiempo malo debes declarar un cambio de temporada, pero la Biblia no dice eso. Lo que la Biblia nos enseña es que cada temporada fue ordenada por Dios y que El es quien da los cambios en nuestra vida. “Todo lo hizo hermoso en su tiempo.. sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin” (Ecl. 3:11). Nosotros debemos recibir cada temporada con gozo y agradecimiento como un regalo de Dios para nosotros. Si la temporada es buena, Gloria a Dios. Si es dura, Gloria a Dios. Sea como sea, Gloria a Dios. Debemos recibir las bendiciones de Dios juntamente con las pruebas que El nos permite pasar. Aún cuando no entendamos lo que Dios está haciendo en nosotros, con nosotros, o a través de nosotros, llegará un día en que podremos ver la hermosura en cada temporada de nuestras vidas.

            Es importante entender más las temporadas en nuestra vida para que así evitemos dolor y frustración. Entendamos por encima de todo que ¡en todo tiempo Dios tiene el control! y que ¡Dios tiene el control de todo en todo tiempo!

 

                                   Bendiciones

 

                                                                           Ps. Mac